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CAPÍTULO 14

 

Faraón persigue a Israel (1445 A.C.)

 

1 Y El Que Vive dijo a Moisés:

2 Di a los israelitas que den vuelta y acampen frente a Pihairot, entre la torre y el mar, junto al mar frente a Baal Zefón.

Porque Faraón dirá que los israelitas andan desorientados, atrapados en el desierto.

4 Y yo endureceré el corazón de Faraón para que los persiga; y manifestaré mi gloria en Faraón y en todo su ejército. Y sabrán los egipcios que YO SOY EL QUE VIVE. Y los israelitas hicieron así.

5 Y cuando avisaron al rey de Egipto que el pueblo de Israel huía, el corazón de Faraón y de sus cortesanos se volvió contra el pueblo de Israel, y dijeron: “¿Cómo hemos dejado ir a Israel, para que no nos sirva?”

6 Y Faraón unció su carro, y llevó consigo su ejército.

7 Y llevó 600 carros escogidos, junto con todos los carros de Egipto y los guerreros que iban en ellos.

8 Y El Que Vive endureció el corazón de Faraón rey de Egipto, y siguió a los israelitas para hacerlos regresar. Pero los hijos de Israel habían salido con mano poderosa.

 

9 Los egipcios los persiguieron con todos los hombres montados y los carros de Faraón, su gente de a caballo y toda su infantería. Y los alcanzaron cuando acampaban junto al mar, al lado de Pihairot, frente a Baal Zefón.

10 Y cuando Faraón se hubo acercado, los israelitas alzaron los ojos y vieron a los egipcios que venía tras ellos. Y los israelitas se atemorizaron grandemente, y algunos clamaron Al Que Vive.

11 Mas otros dijeron a Moisés: “¿No habían sepulcros en Egipto, que nos sacaste a morir en el desierto? ¿Por qué has hecho así con nosotros al sacarnos de Egipto?

12 ¿No te dijimos esto mismo en Egipto, que nos dejaras servir a los egipcios, que mejor era servir a los egipcios que morir en el desierto?”

13 Y Moisés dijo al pueblo: “No tengan miedo. Estén tranquilos, y vean la salvación que El Que Vive os dará. Porque esos egipcios que hoy ven, nunca más los volverán a ver.

14 El Que Vive peleará por ustedes. Y ustedes permanecerán tranquilos.”

 

Israel cruza el Mar Rojo (1445 A.C.)

 

15 Al caer la noche El Que Vive dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? Di a lo hijos de Israel que marchen.

16 Y tú alza tu vara, extiende tu mano sobre el mar, y divídelo; para que los israelitas lo crucen en seco.

17 Y yo endureceré el corazón de los egipcios, para que los persigan. Y manifestaré mi gloria en Faraón, y en todo su ejército, en sus carros y en sus caballos.

18 Y sabrán los egipcios que YO SOY EL QUE VIVE, cuando muestre mi gloria en Faraón, en sus carros y en sus caballos.

19 Y El Ángel del Que Vive a que iba delante del campamento de Israel, se había movido detrás de ellos. Y también la columna de nube en que estaba, se movió de delante de ellos y se puso a sus espaldas.

20 E iba entre el campamento de los egipcios y el campamento de Israel. Y era nube y tinieblas para los egipcios, y a Israel lo alumbraba durante la noche. Y en toda aquella noche nunca llegaron los unos a los otros.

21 Y Moisés extendió su mano sobre el mar, y El Que Vive hizo que el mar se retirara toda aquella noche mediante un recio viento del este. Y el mar se secó, y las aguas quedaron divididas.

22 Y los israelitas entraron en medio del mar, en seco, con las aguas como una muralla a su derecha y a su izquierda.

 

23 Y los egipcios los siguieron, y entraron tras ellos hasta el medio del mar, todos los caballos de Faraón, sus carros y su gente que iba en ellos.

24 Mas en la vigilia de la mañana 1 El Que Vive miró el campamento de los egipcios desde la columna de nube y fuego, y los perturbó.

25 Les trastornó las ruedas de sus carros, y los trastornó gravemente. c Fue entonces que los egipcios dijeron: “Huyamos de delante de Israel, porque El Que Vive pelea por ellos contra los egipcios.”

26 Pero El Que Vive dijo a Moisés: Extiende tu mano sobre la mar, para que las aguas vuelvan sobre los egipcios, sobre sus carros y sus caballos.

27 Y cuando amanecía, Moisés extendió su mano sobre el mar, que se volvió con toda su fuerza. Y los egipcios se encontraron de frente con el mar mientras huían, y allí los derribó El Que Vive en medio del mar.

28 Pues el agua volvió cubriendo los carros, los caballos y todo el ejército de Faraón que había entrado en el mar. Ni uno de ellos quedó.

29 Mas los hijos de Israel habían pasado el mar en seco, con el agua por muralla a su derecha y a su izquierda.

30 Así fue como El Que Vive salvó aquel día a Israel de mano de los egipcios. E Israel vio a los egipcios muertos a la orilla del mar

31 Todo Israel vio este grandioso prodigio que El Que Vive ejecutó contra los egipcios. Y el pueblo temió Al Que Vive, y creyeron d Al Que Vive y a Moisés su siervo.

 

CAPÍTULO 15

 

Canto triunfal de Moisés

 

1 Entonces Moisés y los hijos de Israel entonaron Al Que Vive cántico, diciendo:

 

-1-

Cantaré Al Que Vive,

porque se ha magnificado grandemente,

echando en el mar

al caballo y al jinete.

2

El Que Vive

es mi fortaleza y mi canción,

y ha sido mi salvación.

Este es mi Dios,

a él engrandeceré;

Dios es mi Padre,

a él ensalzaré.

3

El Que Vive,

Varón de guerra,

El Que Vive es su Nombre.

4

Los carros de Faraón

y su ejército echó en el mar,

la flor de sus príncipes

en el Mar Rojo fueron hundidos.

5

El abismo los cubrió,

como piedras descendieron

a la profundidad. 

6

-2-

Tu diestra, oh  Que Vives,

ha sido magnificada en fortaleza.

Tu diestra, oh  Que Vives,

ha quebrantado al enemigo.

7

Con la grandeza de tu poder

has trastornado

a los que se levantaron contra ti.

Enviaste tu ira,

y los consumió como hojarasca.

8

Al soplo de tu aliento

se amontonaron las aguas,

se detuvieron las corrientes

como en un montón.

El abismo se cuajó 2

en medio del mar.

9

El enemigo dijo:

Perseguiré, prenderé,

repartiré despojos;

me saciaré de ellos.

Sacaré mi espada,

los destruirá mi mano.

10

Pero soplaste con tu viento

y el mar los cubrió.

Se hundieron como plomo

en las impetuosas aguas. 

11

-3-

¿Quién como tú, oh Que Vives,

entre todos los dioses?

¿Quién como tú,

magnífico en santidad,

tremendo en prodigios,

hacedor de maravillas?

12

Extendiste tu diestra,

y la tierra los tragó.

13

En tu bondad

condujiste a este pueblo

que rescataste.

Lo llevaste con tu poder

a tu santa morada.

14

Lo oirán los pueblos y temblarán.

dolor se apoderará de los filisteos.

15

Los príncipes de Edom se turbarán,

los valientes de Moab temblarán

y se acobardarán

todos los habitantes de Canaán. b

16

Caiga sobre ellos

temblor y espanto,

ante la grandeza de tu brazo

enmudezcan como una piedra;

hasta que haya pasado tu pueblo,

oh  Que Vives,

hasta que haya pasado este pueblo

que tú rescataste.

17

Tú los introducirás

y los plantarás

en el monte de tu herencia,

en el lugar de tu habitación

que tú has preparado,

oh  Que Vives,

en el santuario

que afirmaron tus manos.

18

El Que Vive reinará

por los siglos de los siglos.

 

19 Porque Faraón entró en el mar cabalgando con sus carros y su gente de a caballo, y El Que Vive volvió a traer las aguas del mar sobre ellos. Pero los israelitas habían pasado en seco por el lecho de la mar.

20 Y María la profetisa, hermana de Aarón, tomó un pandero en su mano y todas las mujeres siguieron tocando panderos y danzando.

21 Y María hacía coro diciendo:

 

Cantad Al Que Vive,

porque se ha magnificado grandemente,

echando en el mar

al caballo y al jinete.

 

Las aguas amargas

 

22 Y Moisés condujo a Israel del Mar Rojo al desierto de Sur. Y anduvieron tres día por el desierto sin hallar agua.

23 Y llegaron a Mara, e y no pudieron beber el agua de Mara, porque era amarga; por eso llamaron aquel oasis Mara (amarga).

24 Allí murmuraron contra Moisés, y dijeron: “¿Qué vamos a beber?”

25 Y Moisés clamó Al Que Vive. Y Él le mostró un árbol, el cual Moisés echó en el agua, y el agua se endulzó. Y Dios los probó allí, y allí les dio normas y ordenanzas.

26 Y les dijo: Si oyes atentamente la voz de Tu Dios El Que Vive, y haces lo correcto ante sus ojos; si prestas atención a sus mandamientos, y guardas todas sus normas, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque YO SOY EL QUE VIVE, Tu Sanador.

27 Y llegaron a Elim, donde había doce fuentes de agua y setenta palmeras, y asentaron allí junto a las aguas.

Anchor 1
Anchor 2
d....... Juan 20: 29
c... Salmo 77: 17 y 18
b.......... Josué 5: 1

1 Las vigilias de la noche son periodos de tres horas en que se dividían los turnos de las guardias. La primera vigilia comprendía desde las 6:00 de la tarde a las 9:00 de la noche. La segunda desde las 9:00 hasta las 12:00 de la media noche. La tercera desde las 12:00 de la media noche hasta las 3:00 de la madrugada. Y las cuarta y última era la vigilia de la mañana, que comprendía desde las 3:00 de la madrugada hasta las 6:00 de la mañana.

2 De ninguna manera se debe entender como que las aguas literalmente se cuajaron. Es solo una metáfora que busca describir lo ocurrido con las aguas del mar.

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