CAPÍTULO 22
Balac llama a Balaam (1405 A.C.)
1 Los hijos de Israel movieron el campamentoy asentaron en los llanos de Moab, 1 de esta parte del Jordán, frente a Jericó.
2 Balac (arrasador) hijo de Zipor (pajarillo) supo lo que Israel había hecho al amorreo.
3 Y Moab temió mucho a los israelitas que eran numerosos. Y se angustió Moab a causa de los hijos de Israel.
4 Y dijo Moab a los ancianos de Madián: Esta gente ahora lemerá todos nuestros contornos, como el buey lame el verdor del campo. Balac hijo de Zipor era entonces rey de Moab.
5 Por tanto envió mensajeros a Balaam hijo de Beor, a Petor, que está junto al Eufrates, su tierra natal, para hacerlo venir con este mensaje: Un pueblo ha salido de Egipto, y ahora habita delante de mi, cubriendo toda la tierra.
6 Te ruego que vengas a maldecir a ese pueblo, porque es más fuerte que yo. Quizá yo pueda herirlo y hecharlo del país. Yo sé que a quien tú bendigas, será bendito; y a quien maldigas, será maldito.
7 Y los ancianos de Moab a y de Madián, b fueron con las dádivas de la adivinación en la mano. Llegaron a Balaam y le dijeron las palabras de Balac.
8 Y él les dijo: Reposen aquí esta noche, y les diré lo que El Que Vive me hable.
9 Y Dios vino a Balaam, y le dijo: ¿Quienes son estos varones que están contigo?
10 Balaam respondió a Dios: Balac hijo de Zipor, rey de Moab, ha enviado a decirme:
11 De Egipto ha salido un pueblo que cubre la tierra. Ven a maldecirlo. Quizas pueda pelear con él, y hecharlo.
12 Entonces Dios dijo a Balaam: No vayas con ellos, ni maldigas al pueblo, porque es bendito.
13 Así que, Balaam se levantó por la mañana, y dijo a los príncipes de Balac: Vualvan a su tierra, porque El Que Vive no me quiere dejar ir con ustedes.
14 Y los príncipes de Moab se levantaron y volvieron a Balac, y le dijeron: Balaam no quiso venir con nosotros.
15 Pero Balac volvió a enviar más príncipes, aun más honorables que los anteriores.
16 Estos llegaron a Balaam, y le dijeron: Así dice Balac: Te ruego que no rehúses venir a mi;
17 porque te honraré al máximo, y haré todo lo que me pidas. Ven, pues, a maldecir a este pueblo.
18 Balaam respondió a los siervos de Balac: Aunque Balac me de su casa llena de oro y plata, no puedo ir por encima de la palabra de El Que Vive, para hacer cosa grande ni pequeña.
19 Les ruego, pues, que reposen aquí esta noche, para que yo sepa que me vuelve a decir El Que Vive.
20 Y Dios vino a Balaam de noche, y le dijo: Si esos hombres vienen mañana a llamarte, levántate y ve con ellos. Pero harás sólo lo que yo te diga.
21 Pero Balaam se levantó por la mañana, enalbardó su asna, y fue a alcazar a los príncipes de Moab.
22 Y el furor de Dios se encendió porque él iba, y El Ángel del Que Vive se iterpuso en el camino para oponérsele. El iba montado en su asna, y dos criados lo acompañaban a pie.
23 Y el asna vio El Ángel del Que Vive en medio del camino, con la espada desnuda en su mano, y se salió del camino, metiéndose por un sembradío. Y Balaam azotó el asna hasta hacerla volver al camino.
24 Pero El Ángel del Que Vive se puso en el camino donde cruzaba entre viñas, y había un muro a cada lado.
25 Y al ver El Ángel del Que Vive, el asna se pegó a la pared para rodearlo, y apretó el pie de Balaam contra el muro. Y él volvió a herirla.
26 Entonces El Ángel del Que Vive pasó más adelante y se puso en una parte estrecha del camino, donde no había espacio para apartarse ni a la derecha ni a la izquierda.
27 Y cuando el asna vio El Ángel del Que Vive, se echó debajo de Balaam. Y Balaam se enojó y azotó al asna con el palo.
28 Entonces El Que Vive abrió la boca del asna, que dijo a Balaam: ¿Qué te hice que me has azotado ya tres veces?
29 Balaam le respondió al asna: Te has burlado de mí. ¡Ojalá tuviera una espada en mi mano en vez de un palo, que ahora mismo te mataría!
30 Y el asna dijo a Balaam: ¿No soy tu asna? Sobre mi has cabalgado desde que me tienes. ¿He acostumbrado a comportarme de esta manera contigo? A lo que Balaam respondió: No.
31 Entonces El Que Vive abrió los ojos de Balaam, y vio El Ángel del Que Vive que estaba en el camino, con la espada desnuda en su mano. Y Balaam hizo reverencia, y se inclinó sobre su rostro. d
32 Y El Ángel del Que Vive le dijo: ¿Por qué heristes a tu asnas tres veces? Yo vine a detenerte, porque tu camino es perverso delante de mí.
33 Pero el asna me vio y tres veces se apartó de mí. Si no lo hubiera hecho, yo te hubiera matado, y a ella la hubiera dejado con vida.
34 Entonces Balaam dijo Al Ángel del Que Vive: He pecado. No sabía que tú te ponías delante de mí en el camino. Pero ahora, si te parece mal, me volveré.
35 Y El Ángel del Que Vive dijo a Balaam: Ve con esos hombres. Pero la palabra que yo te diga, ésa hablarás. Así Balaam fue con los príncipes de Balac.
36 Cuando Balac oyó que Balaam venía, salió a recibirlo a la ciudad de Moab, g que está junto al límite del Arnón, que es la frontera de su territorio.
37 Y Balac dijo a Balaam: ¿No envié a buscarte? ¿Por qué no has venido a mí? ¿Acaso creiste que no puedo honrarte como mereces?
38 Y Balaam respondió a Balac: Aquí me tienes. Pero no depende de mi voluntad hablar cosa alguna. Sino que la palabra que Dios ponga en mi boca, ésa podré hablar.
39 Y fue Balaam con Balac a la ciudad de Husot (muchas calles).
40 Y Balac hizo matar bueyes y ovejas, y después del banquete envió a Balaam, y a los príncipes que estaban con él.
41 A la mañana siguiente Balac llevó a Balaam a los altos de Baal (Bamot-baal), y desde allí vio un extremo del campamento de Israel.
CAPÍTULO 23
Bendición en vez de maldición
(1405 A.C.)
1 Y Balaam dijo a Balac: Edifícame aquí siete altares, y prepara siete becerros y siete carneros.
2 Y Balac hizo como le dijo Balaam. Y Balac y Balaam ofrecieron un becerro y un carnero en cada altar.
3 Balaam dijo a Balac: Ponte junto a tu holocausto, y yo iré a aquel lugar abierto. Quizá El Que Vive venga a mi encuentro, y lo que me muestre, te lo notificaré. Así, se fue solo.
4 Y Dios vino al encuentro de Balaam, y Balaam le dijo: Siete altares ordené, y en cada altar ofrecí un becerro y un carnero. 2
5 Y El Que Vive le dijo: Vuelve a Balac, y le hablarás así. Y puso palabras en la boca de Balaam.
6 Balaam volvió a donde Balac, y él estaba junto a su holocausto, y con él todos los príncipes de Moab.
7 Entonces Balaam tomó su parábola, 3 y dijo:
De Aram, de los montes del oriente
me trajo Balac, rey de Moab.
Ven, maldice a Jacob.
Ven, condena a Israel.
8
¿Cómo podré yo maldecir
a quien El Que Vive no maldijo?
¿Cómo condenaré
a quien El Que Vive no condenó?
9
De la cumbre de las peñas lo veré,
y desde los collados miraré.
Un pueblo que habita aparte,
que no será contado entre las naciones.
10
¿Y quien contará el polvo de Jacob,
o aun el número de la cuarta parte de Israel?
Muera yo de la muerte que mueren los rectos,
y sea mi descendencia como la suya...
11 Entonces Balac dijo a Balaam: ¿Qué has hecho? Te traje para que maldigas a mis enemigos, y lo que haces es bendecirlos.
12 Y Balaam respondió: ¿Acaso no debo tener cuidado de decir lo que El Que Vive ponga en mi boca?
Segunda bendición (1405 A.C.)
13 Entonces Balac dijo: Te ruego que vengas conmigo a otro lugar desde donde lo veas. Así verás un extremo, y no lo verás completo. Desde allí los maldecirás.
14 Y lo llevó al campo de Zofin (vigía), a la Cumbre del Pisga. Y edificó siete altares, y ofreció un becerro y un carnero en cada altar.
15 Entonces Balaam dijo a Balac: Quédate aquí junto a tu holocausto, y yo iré a encontrar a Dios allí.
16 Y El Que Vive vino al encuentro de Balaam, y le dijo: Vuelve a donde Balac, y le dirás así. Y puso palabra en su boca.
17 Balaam regresó y encontró a Balac junto a su holocausto, con los príncipes de Moab. Y Balac preguntó: ¿Qué ha dicho El Que Vive?
18 Entonces Balaam pronunció esta profecía:
Balac, presta atención y escucha.
Atiende a mis palabras, hijo de Zipor.
19
Dios no es hombre, para que mienta,
ni hijo de hombre para que se arrepienta.
Cuando el dice algo, lo realiza
Cuando promete algo, lo cumple.
20
He aquí, he recibido bendició. Él bendijo,
y yo no podré revocar su bendición.
21
Pues Él no ha notado iniquidad en Jacob,
ni ha visto perversidad en Israel.
Su Dios, El Que Vive, está con Israel.
Y trompeta como de júbilo de rey
se escucha en Jacob.
22
Dios lo sacó de Egipto,
y ha salido con la fuerza de un buey salvaje.
23
Contra Jacob no hay maleficio que valga,
ni adivinación contra Israel.
Solo puede ser dicho de Jacob y de Israel,
lo que Dios ha forjado para él.
24
He aquí que el pueblo se levantará como leona,
y como león se erguirá.
Y no se echará hasta que haya comido la presa,
y bebido la sangre de los muertos.
25 Entonces Balac dijo a Balaam: Si no los vas a maldecir, tampoco los bendigas.
26 Y Balaam le respondió: ¿No te dije que debo hacer todo lo que El Que Vive me diga?
27 Entonces Balac dijo a Balaam: Te ruego que vengas, te llevaré a otro lugar. Con suerte le parecerá bien a Dios que los maldigas desde allí.
28 Y Balac llevó a Balaam a la cumbre de Peor, que mira hacia Jesimó.
29 Y Balaam dijo a Balac: Edifíca aquí siete altares, y prepara siete becerros y siete carneros.
30 Y Balac hizo como Balaam le pidió, y él ofreció un becerro y un carnero en cada altar.
CAPÍTULO 24
Tercera bendición (1405 A.C.)
1 Mas viendo Balaam que parecía bien Al Que Vive que él bendijese a Israel, no se fue aparte como las otras veces en busca de augurio, sino que allí mismo puso su rostro hacia la planicie,
2 y alzó sus ojos. Y al ver a Israel alojado ordenado por sus tribus, El Espíritu de Dios vino sobre él,
3 y pronunció esta profecía:
Dijo Balaam hijo de Beor,
dijo el varón de ojos abiertos,
4
dijo el que oyó los dichos de Dios,
el que vio la visión de El Todopoderoso (Shaddai),
caído, pero abiertos los ojos.
5
¡Cuan hermosas lucen tus tiendas, oh Jacob,
tus moradas, oh israel!
6
Se extienden como arroyos,
como huertos junto a un río,
como aloes plantados por El Que Vive,
como cedros junto a las aguas.
7
Se desborda el agua de sus baldes,
su simiente tiene abundancia de agua.
Será más poderoso que Agag, 4
y su reino será ensalzado.
8
Dios lo sacó de Egipto,
y ha salido con el empuje de un buey salvaje.
Devorará a las naciones enemigas,
demenuzará sus huesos,
las atravesará con sus saetas.
9
Se encorvará para echarse como león,
y como una leona,
¿quién se atreverá a despertarlo?
Benditos los que te bendigan,
y malditos los que te maldigan.
Profecía de Balaam (1405 A.C.)
10 Entonces se encendió la ira de Balac contra Balaam, y batiendo sus manos le dijo: Te llamé para maldecir a mis enemigos, y los has bendecido ya tres veces.
11 Huye ahora a tu lugar. Dije que te honraría, pero El Que Vive te ha privado de honra.
12 Y Balaam le respondió: ¿No declaré a tus mensajeros:
13 Aunque Balac me diera su casa llena de plata y oro, no podré traspasar el dicho de El Que Vive, para hacer por mi voluntad cosa buena o mala, sino lo que hable El Que Vive, eso diré?
14 Yo me voy ahora a mi pueblo. c Pero te señalaré lo que este pueblo hará al tuyo en el futuro.
15 Entoces Balaam pronunció esta profecía:
Dijo Balaam hijo de Beor,
dijo el varón de ojos abiertos;
16
el que oyó los dichos de El Que Vive,
el que tiene el conocimiento de El Altísimo,
el que vio la visión de El Todopoderoso,
caído, pero abiertos los ojos.
17
Lo veré, pero no ahora.
Lo miraré, pero no de cerca.
Saldrá Estrella e de Jacob,
se levantará cetro f en Israel,
y herirá los cantones de Moab,
destruirá todos los hijos de Set.
18
Edom h será tomado,
tomado será Seir por sus enemigos,
e Israel se portará varonilmente.
19
De Jacob saldrá El Dominador,
y destruirá lo que haya quedado de la ciudad.
20 Viendo a Amalec, dijo esta profecía:
Amalec, i primero entre las naciones,
pero al final perecerá para siempre.
21 Y viendo al quenita, pronunció esta profecía:
Fuerte es tu habitación.
En la paña está tu nido.
22
Tú quenita serás destruido,
cuando Asiria te lleve cautivo.
23 Y aún pronunció esta profecía:
¡Ay! ¿Quién vivirá
cuando Dios haga estas cosas?
24
Vendrán navíos de la costa de Chipre
y afligirán a Asiria,
y aflijirán también a Heber.
Pero él también perecerá para siempre.
25 Entonces se levantó Balaan, y regresó a su lugar. c También Balac se fue por su camino.
CAPÍTULO 25
Israel peca en Baal Peor (1405 A.C.)
1 Y acentó Israel en el bosque de las acacias, y los hombres de Israel comenzaron a fornicar con las hijas de Moab.
2 Y ellas los invitaron a los sacrificios de sus dioses. Y el pueblo comió, y se inclinó a sus dioses. j
3 Y el pueblo se unió a Baal Peor, y el furor de El Que Vive se encendió contra Israel.
4 Y El Que Vive dijo a Moisés: Toma a todos los príncipes del pueblo que se unieron a Baal Peor, mátalos y cuélgalos en pleno día ante El Que Vive. Así el furor del enojo de El Que Vive se apartará de Israel.
5 Entonces Moisés dijo a los jueces k de Israel: Cada uno mate a los suyos que se haya adherido a Baal Peor.
6 Y mientras todo eso sucedía, un israelita trajo una madianita a sus hermanos, a la vista de Moisés y de toda la congregación de Israel, cuando estaban llorando a la entrada de la Tienda del Testimonio.
7 Al verlo Finés hijo de Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, se levantó de entre la congregación, tomó una lanza en su mano,
8 y fue tras el israelita a la cámara interior de la tienda, y alanceó al hombre y a la mujer por sus vientres. Y cesó la mortandad de los hijos de Israel.
9 En esa mortandad murieron veinticuatro mil israelitas. 5
10 Entonces El Que Vive dijo a Moisés:
11 Finés hijo de Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, ha apartado mi furor de sobre los hijos de Israel, pues entre ellos él sintió el mismo celo que yo. Y es por eso que no he consumido en mi celo a los hijos de Israel.
12 Por tanto dile que yo establezco mi pacto de paz 6 con él.
13 Y él, y sus descendientes después de él, tendrán el pacto del sacerdocio perpetuo; porque tuvo celo por su Dios, e hizo expiación por los hijos de Israel.
14 El nombre del varón muerto con la madianita, era Zimri hijo de Sula, jefe de una familia de la tribu de Simeón.
15 Y el nombre da la madianita, era Cozbi, hija de Zur, c príncipe de pueblos, patriarca de familia en Madián.
16 Entoces El Que Vive dijo a Moisés:
17 Ataquen a los madianitas y mátenlos,
18 por que los afligieron a ustedes con sus ardides, con los cuales los engatusaron en el asunto de Peor y de Cozbi, hija del príncipe de Madián, su hermana, la cual fue muerta el día de la mortandad causada por el asunto de Peor.
1 Los llamados llanos de Moab le pertenecieron una vez a Moab. Pero cuando los amorreos crecieron, cruzaron el Jordán y le arrebataron a Moab sus llanos, quedando Moab solo con su sona montañosa al sur.
2 Balac y Balaam creían que multiplicando los sacrificios podía comprar el favor de Dios. Partía de la misma idea de culto que tenían todas las religiones paganas, y que aun hoy día mucha gente tiene con respecto a los sacrificios. Muchos "sabios" en la materia gustan de señalar las cosas en común entre el culto a Dios y los cultos paganos, como evidencia de que el culto a Dios fue una invención humana, y que quienes lo crearon, simplemente copiaron cosas de las religiones paganas a su alrededor, adaptándolas a su culto monoteísta. Pero esos "sabios" pasan por alto el hecho de que fue Dios quien estableció los ritos de sacrificios en el Edén con Adán y Eva (Génesis 3: 21), y que, cuando Noé salió del arca con su familia, lo primero que hizo fue edificar un altar y ofrecer holocausto (Génesis 8: 20); y de Noé descienden todas las culturas y razas. Los ritos y las formas del culto a Dios, como aparecen en la Biblia, no son una copia adaptada de ritos paganos. Al contrario, son el culto original y verdadero, del cual las religiones paganas son tergiversasiones. En lo que a los sacrificios se refiere, estos no se hacían para poner la voluntad de Dios en armonía con la de los hombres, como pretenden los sacrificios paganos; sino todo lo contrario, poner la voluntad de los hombres en armonía con la voluntad de Dios. Los paganos sacrificaban, para comprar el favor de sus dioses, mientras que quienes servían al Dios Verdadero, sacrificaban en reconocimiento de su propia indignidad, y la necesidad de un mediador. Ese es el mismo sentir que debemos tener hoy en día al orar; no buscar que Dios nos conseda nuestros deseos egoístas, sino que se haga su voluntad.
3 Las parábolas son afirmaciones dichas en lenguaje figurado. Aquí talvez se refiere a algún escrito que Balaam usaba para hacer su negocio. Aquellos que han entendido que ese es el significado de la palabra, han traducido este pasaje como "tomó su parábola". Pero aquellos que prefieren darle un significado abstracto, lo han traducido como "dijo esta profecía" o "pronunció este oráculo". Aunque Balaam comienza su profecía insinuando que estaba allí prácticamente en contra de su voluntad, el resto de la profecía, aunque dicha en las palabras de Balaam, refleja lo que Dios le mostró en el instante en que se fue aparte y contempló el campamento de Israel.
4 Se cree que Agag (llama) era un título que usaban los reyes amalecitas. Parecido al nombre Abimelec (mi padre el rey) que usaban los reyes filisteo y el título Faraón (casa grande) que usaban los reyes egipcios.
5 El que Pablo diga en 1 Corintios 10: 8 que fueron 23,000 en vez de 24,000, pudiera indicar que 23,000 fueron muertos por Dios, y los otros mil por los 70 ancianos.
6 Este pacto no solo le garantizaba el sumosacerdocio a Finés, sino también paz y seguridad, dado que aquellos a quienes había dado muerte eran gente importante y poderosa.